Estrategia 1
El paciente requiere recibir sesiones de ejercicios para la prevención del acortamiento muscular y para evitar la rigidez que producen las deformidades articulares. Los ejercicios PROM (Passive Range of Motion), los cuales están caracterizados por la ayuda de un externo para llevar a cabo los ejercicios, están prescritos para reducir las complicaciones que acarrea un proceso de inmovilización, entre los cuales está la degeneración de cartílago y la formación de contracturas [1]. Asimismo, el posicionamiento de las articulaciones es importante para proteger la estructura articular y mantener el tono muscular óptimo [2].
Estos ejercicios deben realizarse en un período flácido al menos una vez al día y al menos 2-3 veces al día en presencia de espasticidad [2]. Por lo cual, enfocarse en la fase aguda es vital para evitar la dependencia posterior de un centro rehabilitador.
Entre los ejercicios encontrados en las guías clínicas para el manejo de personas con lesión medular, se encuentra el movimiento de bending-stretching, el cual consiste como primer paso, el doblar cada articulación por separado para luego proceder a un doblamiento conjunto de los dedos de la mano con el correspondiente estiramiento [3].
Ello indicará el enfoque parcial que tomará nuestra primera propuesta.
Por otra parte, queremos potenciar esta propuesta con el concepto de férula dinámica. Las férulas dinámicas ofrecen la ventaja de mejorar la estabilidad de los tejidos musculares, permiten restringir los movimientos innecesarios que deterioran las funciones de la mano, compensan los músculos débiles y mantienen una adecuada estructura anatómica [4].
Por todo ello, nuestra primera estrategia de solución estará enfocada en la creación de un dispositivo con dos activadores, uno capaz de llevar a cabo un movimiento periódico de doblamiento y estiramiento (Puño) y otro el cual le permitirá al paciente tener sus dedos en estado de extensión.